Blue Zones enfoca su misión en la población centenaria de Nicoya

Blue Zones enfoca su misión en la población centenaria de Nicoya

La población de centenarios de la Península de Nicoya es la razón de ser de Blue Zones. Esto va más allá del nombre de la compañía, pues también está estrechamente relacionado con el objetivo de los productos: volver a las raíces de la salud de la zona.
Blue Zones pretende recuperar la tradición alimentaria de la población más longeva de la región para expandirla a los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones. Los centenarios son el ejemplo a seguir, siendo un hermoso modelo de un estilo de vida pausado, jovial, con un espíritu de fe, amantes de la actividad física, con buenas energías y respeto a las raíces.
Con la intención de velar por la población centenaria, una parte de los ingresos percibidos por la venta de productos es donada a la Asociación Península de Nicoya Zona Azul. Esta fue creada en el año 2017 por el periodista Jorge Vindas.
Desde entonces, el proyecto se ha concentrado en procurar que puedan ser cubiertas las necesidades mínimas de los centenarios de la zona. La misión es de gran relevancia, pues gran parte de la población centenaria y de adultos mayores cuenta con dificultades económicas y de subsistencia.
Los fondos recaudados por medio de patrocinios de empresas privadas son destinados a miembros de la población centenaria con requerimientos para la alimentación (como suplementos nutricionales), la movilización, la atención de su salud y provisiones tan básicos como necesidades de higiene personal, entre estas los pañales para personas de la tercera edad.
Otros de los usos ha sido la remodelación de espacios de las casas de estas personas, para que tengan comodidades dignas, como cubrir el piso de tierras o ampliar los baños. Además, mes a mes se emplean fondos en procurar el traslado para el estudio de los miembros de la población involucrada.

Dentro de la labor de la Asociación también está el registro de las historias de esta población longeva, así como la preparación de materiales que facilitan la apreciación de su estilo de vida. En diferentes momentos esta tarea ha contribuido en la admiración internacional a la región, poniendo la atención en Nicoya, que se suma a las otras zonas azules en el mundo: Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Loma Linda (California) y Barbaglia (Cerdeña, Italia).
En el caso local la población centenaria (o en camino de llegar a este número) se ha centrado en los cantones de Nicoya, Santa Cruz, Carrillo, Nandayure y Ojancha.
Según información de la Asociación, para finales de mayo del 2020 en Nicoya hay una reserva de 4.500 personas mayores a los 80 años. De ellas, hay 950 personas entre los 90 y casi 100 años. Por su parte, el grupo de 100 o más años, alcanza las 46 personas.
El pico más alto de centenarios en la zona ha sido de 57 de forma simultánea, con una mayoría de mujeres dentro de esta población. Mientras tanto, la persona más longeva registrada alcanzó los 110 años y dos meses.
En nuestro país, por lo que se ha podido registrar, la población que hace de Nicoya una Zona Azul ha basado su alimentación en alimentos criollos.
Teniendo la referencia de la alimentación centenaria, Blue Zones ha desarrollado productos basados en el maíz pujagua, el ojoche, el chicasquil, la miel de abeja o, inclusive, mezclas a base de chile picante.
Otros productos abundantes en la alimentación de los centenarios incluyen elote, pipián, ayote, granos y una variedad de frutas, siempre de lo que producía la tierra, sin químicos.

El trabajo de la Asociación Península de Nicoya Zona Azul

Jorge Vindas comenzó a trabajar el enfoque de la población centenaria en Nicoya gracias a un puesto que ocupaba en las investigaciones realizadas entre CRELES (Costa Rica estudio de longevidad y envejecimiento saludable) junto con el CCP (Centro Centroamericano de Población).
Para alcanzar los 100 años, según el fundador de la Asociación, dentro de las investigaciones sobre la población ha encontrado factores que se repiten. Entre ellos se encuentra la alimentación saludable, la práctica de la generosidad y el espíritu de que “para vivir bien, hay que ser una buena persona”.
Actualmente uno de los trabajos pendientes de la Asociación es la impresión de imágenes que se sumarían a una galería de fotos Tesoros Centenarios, donde se honrarán a más de 250 centenarios que ha habido en la zona desde el año 2004.
Otra tarea que ocupan permanente atención es la labor de remodelación de infraestructura para vivienda digna y la difusión de información sobre la población.
“La relevancia de que esta sea una zona azul consiste en que tenemos el vivo ejemplo de nuestros pobladores más longevos. Contamos con un tesoro que hay que aprovechar y aprender porque son prácticas de vida de estas personas. Conviene que las adaptemos a la vida actual sin importar la edad”, asegura Vindas.
En las actividades educativas e informativas ofrecidas por la Asociación se incluyen charlas dedicadas al estilo de vida a replicar. En estas lecciones se incluye el entendimiento de que no debe buscar cambiarse el estilo de vida de la población cercana al siglo de vida, o de quienes sobrepasan los 100 años.